Ο Τραμπ προσλαμβάνει τον Έλον Μασκ για να οδηγήσει τις «δραστικές» περικοπές στην κυβέρνηση των ΗΠΑ

Elon Musk ya tiene su recompensa. Tras regar la campaña de Donald Trump con más de 132 millones de dólares, el presidente electo de Estados Unidos ha elegido al magnate tecnológico para liderar el nuevo Departamento de Eficiencia Gubernamental, junto al empresario ‘anti-woke’ Vivek Ramaswamy. “Juntos, estos dos maravillosos estadounidenses allanarán el camino para que mi administración desmantele la burocracia gubernamental, elimine las regulaciones excesivas, recorte los gastos innecesarios y reestructure las agencia federales”, ha anunciado el líder republicano este martes.

Con este movimiento, Trump encarga al hombre más rico del mundo impulsar un “cambio drástico” de la administración pública que podría traducirse en el despido de miles de funcionarios estadounidenses. “Esto hará temblar el sistema y a todos los involucrados en el despilfarro gubernamental, que son muchas personas”, ha prometido Musk, propietario del gigante de los vehículos eléctricos Tesla, de la compañía aeroespacial SpaceX y de la red social X, antes conocida como Twitter.

Musk y Ramaswamy, un ex ejecutivo farmacéutico millonario que se enfrentó a Trump durante las primarias republicanas, liderarán los esfuerzos para impulsar una reforma estructural “a gran escala” del Gobierno estadounidense que tratará de dotarlo de un “enfoque empresarial (…) nunca antes visto”. El presidente electo de EEUU ha comparado su tarea con la del Proyecto Manhattan, un programa de innovación con el que Washington desarrolló la bomba atómica.

Aunque tiene nombre de organismo oficial, el nuevo Departamento de Eficiencia Gubernamental operará desde fuera de la próxima administración. Trump ha remarcado que “se asociará” con la Casa Blanca y la Oficina de Gestión y Presupuesto para proporcionar “asesoramiento y orientación”: recomendaciones para reducir el personal público, recortar las regulaciones federales y supervisar otras operaciones.

Trump ha señalado que la tarea encargada a Musk y Ramaswamy tiene una fecha fijada: 4 de julio de 2026. “Un Gobierno más pequeño, con más eficiencia y menos burocracia, será el regalo perfecto para EEUU en el 250 aniversario de La Declaración de Independencia”, ha señalado en un comunicado. “¡Estoy seguro de que lo conseguirán!”.

Recortes polémicos

Sin embargo, Trump no ha aportado más detalles sobre el hipotético funcionamiento de este nuevo organismo. No se sabe cómo se financiará, si contratará personal ni si sus recomendaciones serán aprobadas. Aunque los republicanos están a punto de hacerse con el control de la Casa Blanca, la Cámara de Representantes y el Senado, probablemente necesitarían apoyo bipartidista para impulsar recortes tan drásticos como los propuestos.

Durante los últimos meses, Musk y Ramaswamy han lanzado propuestas muy polémicas sobre el adelgazamiento forzado de la administración pública. El magnate tecnológico dijo que haría falta recortar dos billones de dólares del gasto gubernamental, casi un tercio del total anual, algo que muchos economistas ven con escepticismo. Ramaswamy, por otro lado, ha puesto sobre la mesa impulsar una orden ejecutiva para eliminar el Departamento de Educación, el FBI o el Servicio de Impuestos Internos, así como purgar un 75% del personal federal mediante un despido masivo.

Conflictos de intereses

Tampoco queda claro si esa externalización para que Musk no asuma el rol de funcionario será suficiente para que se libre del régimen de incompatibilidades y conflictos de intereses de los cargos públicos. Tesla y SpaceX tienen cientos de contratos vigentes con el Gobierno de EEUU, que durante la última década las ha regado con unos 15.400 millones de dólares de los contribuyentes. Además, sobre estas y otras empresas del magnate como Neuralink, que diseña chips informáticos para implantar en el cerebro, penden al menos 20 investigaciones o demandas federales por posibles ilegalidades.

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Con su nuevo cargo, Musk podría tratar de modificar las reglas de juego a su antojo y recortar una normativa que, según ha denunciado reiteradamente, perjudicaría a sus negocios. El acrónimo en inglés del nuevo departamento, DOGE, sería una referencia a Dogecoin, la criptomoneda meme en la que habría invertido, otro posible conflicto de interés. Su valor se ha disparado tras la victoria presidencial de Trump.