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Μπορεί ο Μπολσονάρο να πάει φυλακή για το απογοητευμένο πραξικόπημα του 2023 στη Βραζιλία;

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Ainda estou aquí es la película brasileña del momento. El filme de Walter Salles cuenta las vicisitudes de Fernanda Torres, quien tras la desaparición de su marido durante la dictadura militar (1964-1985) debe reinventarse en Río de Janeiro junto con sus cinco hijos. La recepción positiva de la cinta da cuenta de una de las grandes paradojas que atraviesa el gigante sudamericano. Como dijeron los guionistas, Murilo Hauser y Heitor Lorega, Salles no ha intentado contar una historia familiar sino la de un Brasil que no puede dejar atrás su tragedia. El presente político se resume en el título de la película. “Ainda estou aquí (Todavía estoy aquí) “, podría decir Jair Bolsonaro sobre su vida relativamente exenta de verdaderos peligros judiciales, más allá de haber sido inhabilitado para presentarse en cargos públicos hasta 2030. La posibilidad de que sea formalmente imputado y condenado en el marco de las investigaciones sobre el intento de derrocar Luiz Inácio Lula da Silva el 8 de enero de 2023, una conjura que contemplaba incluso asesinarlo, al igual que al juez del Supremo Tribunal de Justicia (STF), Alexandre de Moraes, no se condice necesariamente con las abrumadoras pruebas acumuladas en su contra.

¿Puede ir preso Bolsonaro? Miles de personas ocuparon esta semana distintas calles a lo largo de todo Brasil para tratar de convertir el interrogante en certeza: el excapitán del Ejército debe ser penalizado si se quiere “proteger la democracia”, sostuvo la Central Única de los Trabajadores (CUT), que promovió la movilización bajo la consigna “Sin amnistía para los golpistas”. ¿Irá “Mito” a una unidad penitenciaria? De acuerdo con Bela Megale, columnista del diario carioca ‘O Globo’, la dirección del Partido Liberal (PL), la formación que promovió en octubre de 2022 la candidatura del líder ultraderechista, ya no descarta de plano que Bolsonaro pueda esquivar el cerco que se ha trazado alrededor suyo. “Anteriormente, un ala del partido pensaba que los magistrados podrían dictar una sentencia baja que lo libraría de la cárcel, en un intento de hacer un gesto a la clase política y evitar el desgaste con la opinión pública alineada con el expresidente. Tras el informe final de la Policía Federal (PF), la evaluación unánime es que debe ser enviado a la cárcel ya el próximo año, tras una condena judicial”.

Desde noviembre se aceleraron las pericias que intentan esclarecer lo que ocurrió antes y durante el 8 de enero de 2023. Los brasileños saben que el ataque contra la sede de los tres poderes del Estado, un intento de remedar la asonada de 1964 que se cuenta en la impactante cinta de Salles, fue promovido para justificar el derrocamiento de Lula a una semana de haber asumido la presidencia. La Policía Federal (PF) ha arrestado nada menos que al exministro de Defensa de Bolsonaro, el general Walter Braga Netto y otros cuatro uniformados, tres coroneles y un policía. De Moraes consideró que existen “indicios robustos y gravísimos” de que los conspiradores planeaban pasar de las palabras a los hechos cuando pensaron en un magnicidio.

Una reciente encuesta realizada por el instituto Quaest revela que para el 51% de los brasileños hubo una tentativa de golpe contra Lula. Así lo acepta incluso un 39% de los votantes del propio Bolsonaro. El 75% de los entrevistados afirma que las personas ya detenidas a raíz de las investigaciones deben ser condenadas. Un 68% de los que optaron en los comicios de octubre de 2022 por el excapitán del Ejército están de acuerdo con la severidad de los tribunales.

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Nada cambia

El 50% de los encuestados piensa que las acusaciones no tienen impacto en la imagen de Bolsonaro. El sondeo coincide con el propio reconocimiento del exmandatario de que discutió con los militares un estado de sitio en 2022. Esta confesión pública, señalaron especialistas, socava su defensa en el caso que involucra la trama golpista. Sin embargo, sus palabras públicas distan de acelerar la causa sobre los hechos del 8-E. El Procurador General de la República (Fiscal General), Paulo Gonet, quien ya tiene en sus manos el informe de la PF, ha avisado que se pronunciará sobre los pedidos acusación a los golpistas del STF a finales de febrero. Para entonces, Trump ya estará cómodamente alojado en la Casa Blanca.

La confluencia temporal de las investigaciones sobre el 8-E y Ainda estou aquí ha llevado a numerosos analistas a la perplejidad: los militares se inclinaron a repetir los procedimientos de 1964 con el añadido trágico de los asesinatos no solo de Lula y De Moraes sino del moderado vicepresidente, Geraldo Alckmin. La diferencia entre lo ocurrido hace 60 años y la actualidad es que el segundo intento golpista fracasó. “El verdadero fracaso parece haber estado entre los conspiradores, que no lograron convencer a todos los implicados de que los beneficios compensaban los riesgos. No fue la virtud moral ni el apego a la democracia lo que frenó la trama golpista, sino cálculos pragmáticos. Algunos de los que estaban al mando reevaluaron los costes, las pérdidas probables y los presuntos riesgos, llegando a la conclusión de que no merecía la pena. Después de todo, secuestrar y asesinar a un juez del Tribunal Supremo, envenenar al presidente electo, ‘neutralizar’ al vicepresidente, encarcelar a opositores y arriesgarse a una guerra civil, ¿y todo para qué? ¿Para conceder poderes dictatoriales a Jair Bolsonaro? “, señaló Wilson Gomes, autor de Crónica de una tragedia anunciada, en un artículo publicado en el diario paulista ‘Folha’. Lula tuvo que lidiar con unas Fuerzas Armadas que habían sido capturadas por la ultraderecha. Por el momento, el generalato del Ejército se ha abstenido de sancionar a los oficiales procesados. Esperará el pronunciamiento del Procurador General.

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Divorciado por Bolsonaro

Los resultados del sondeo de Quaest son inequívocos sobre la profundidad de la división política que anida en la sociedad. Oswaldo Eustáquio, uno de los principales blogueros del bolsonarismo, quien huyó a España después del 8-E, no pudo impedir que su esposa, Sandra Terena, le pidiera el divorcio. Eustáquio asocia el fin de su relación matrimonial con su defensa encarnizada de Bolsonaro. La exesposa dijo que el padre de sus hijos “optó” por la causa de la ultraderecha antes de mantener unida a la familia. “Estoy firme en el camino de mi propósito en la lucha por la libertad de la nación”, aseguró el bloguero, convencido además que la espera no será eterna. “El primer divorcio por culpa de Bolsonaro”, consideró Lauro Jardim, columnista del diario carioca ‘O Globo’.

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