Ο Πέτρο αναγκάζεται να κάνει αλλαγές στο υπουργείο Οικονομικών για να αποφύγει μια μεγάλη πολιτική κρίση στην κολομβιανή κυβέρνηση
Diego Guevara es el nuevo ministro de Hacienda de Colombia. El presidente Gustavo Petro lo presentó con honores. Guevara, dijo, está al tanto de las dificultades del Gobierno de izquierda y las luchas que entabla para que “no nos ahoguen los fondos de capital de la deuda pública interna o externa” ni “las altas tasas de interés”. Llega para completar la tarea de Ricardo Bonilla de reducción del déficit fiscal que, sostiene Petro, ha sido heredado de la gestión anterior de Iván Duque.
El presidente no tuvo otra alternativa que desprenderse de Bonilla para evitar que se expanda una tormenta política y judicial que considera malintencionada. Antes de pedirle que dé un paso al costado, destacó su condición de “gran compañero y profesor honesto” que, al frente de Hacienda, “sacó a Colombia de la recesión”. Bonilla tuvo que irse por la puerta de atrás del ministerio. “No porque crea que es culpable, sino porque lo quieren despedazar por ser leal al programa de Gobierno y quieren derribarlo inconstitucionalmente”, explicó Petro a través de X.
Bonilla era el encargado de llevar adelante una nueva ley de financiamiento del Estado. Su empeño se vio salpicado por denuncias de dádivas otorgadas a un grupo de congresistas a cambio de votar favorablemente iniciativas del Ejecutivo. Apenas dimitió, Bonilla rechazó señalamientos por un escándalo en la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD). “Me retiro con la frente en alto”.
De acuerdo con el portal ´La silla vacía`, Bonilla “sabía” que varios contratos “iban direccionados” a alcaldes y funcionarios que habían sido seleccionados por los parlamentarios, “de quienes el ministro necesitaba con urgencia su voto en la Comisión de Crédito Público”. Ahora “la Fiscalía debe encargarse de la investigación”.
El extitular de Hacienda aseguró al respecto que el paso al costado le permitirá defenderse de acusaciones que considera infundadas “desprovisto de mi condición de funcionario público”.
Dificultades
Para Petro, el caso Bonilla no es ajeno a una crisis en las finanzas del Estado, que obligó a un recorte de gastos del 5,6% y desnudó a la vez los problemas para robustecer el presupuesto del próximo año. El único camino para sanear las finanzas públicas era la creación de nuevos impuestos y esa iniciativa no fue aceptada en un Congreso donde el oficialismo no tiene garantizada las mayorías. Esa situación de fragilidad latente ha provocado el naufragio de uno de los proyectos emblemáticos de Petro, el cambio del sistema de salud.
[–>
La salida de Bonilla también es observada como una consecuencia de los problemas internos en el Gobierno. El embajador de Colombia en Reino Unido, Roy Barreras, abonó con sus declaraciones en X esa interpretación. “Que el odio no ciegue a nadie. Colombia es una sola. Conspirar destruye. Dialogar construye. Calma, tranquilidad, pensar con cabeza fría”, pidió. Según la revista ´Semana`, fue un mensaje a “sus compañeros en el ejecutivo”. Barreras pidió que pare la “autodestrucción” ya que “atacarse unos a otros destruye no un Gobierno, sino un proyecto político, una promesa de país justo y en paz”.