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Ο υποτιθέμενος κατάσκοπος Pablo González, Pode

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Pablo González, el presunto espía rusoespañol también conocido como Pável Rubtsov, reaparece en redes con una foto en el centro de Moscú vistiendo una camiseta con la palabra ‘Antifaxista’. El exlíder de Podemos, Pablo Iglesias, denuncia, desde su cuenta de X (antes Twitter) la venta, en un centro comercial de Madrid, de souvenires con emblemas del ucraniano batallón de Azov, al que equipara a una fuerza paramilitar ultraderechista. Irene Zugasti, comunicadora que ha adquirido gran relevancia en Canal Red, la plataforma audiovisual vinculada a esta fuerza política de ultraizquierda, arremete en un hilo contra un medio de información español de gran difusión, acusándole de propagar un supuesto bulo acerca de una soldado y médico militar canadiense en Ucrania, a la que llega a comparar con militantes de la sección femenina de la Falange franquista.

Se trata de una difusión, al unísono, de mensajes de idéntico contenido, que además coincide con el debate abierto en España sobre el incremento del gasto militar ante la amenaza rusa y que no ha pasado desapercibida a los expertos. Recupera la vieja narrativa de que Ucrania es un país de simpatías ultraderechistas, donde grupos de estas características camparían a sus anchas, una narrativa que durante la Revolución de Maidán en 2014 tuvo sus argumentos, que ha sido desechada en los últimos años por verificadores independientes y que fue agitada con fruición por los medios de propaganda de Rusia antes de la invasión rusa de 2022, precisamente para justificarla. Todo ello, además, se superpone con los renovados ataques desde Podemos, Canal Red y su entorno a medios de información de tendencia progresista, como ‘El País’ o ‘El Diario.es’ que, o no se oponen frontalmente al rearme en la UE, o incluso lo apoyan, cuestionando su credibilidad. El probable objetivo de todo ello, según los analistas, es “radicalizar” a los votantes progresistas, sustento del actual Gobierno de Pedro Sánchez, y empujarles a posicionarse en contra del previsto incremento del gasto en defensa.

“En el marco del incremento del gasto militar europeo, parece que responden radicalizando al electorado sobre este punto; España se encuentra a miles de kilómetros del frente de guerra o de los países limítrofes con la esfera de influencia rusa; esto hace menos consciente (al electorado) de los riesgos que vivimos”, previene a EL PERIODICO Albert Borràs, doctor en Geopolítica y codirector de Cassini Group Spain, empresa especializada en el análisis de riesgos geopolíticos.

Los ejemplos surgen por doquier. El 26 de marzo, Iglesias posteó en X un mensaje en el que criticaba la venta en Madrid de banderas ucranianas con el emblema del batallón de Azov, mensaje que al poco fue reproducido por el supuesto agente González, encausado en Polonia por espionaje en favor de Rusia e intercambiado en agosto junto a relevantes miembros de la inteligencia rusa. En el momento de escribir estas líneas, el ‘post’ de apoyo no había sido desautorizado por el director de Canal Red. Por su parte, Inna Afinogenova, exsubdirectora de la web en español del medio de propaganda RT, reposteó una entrevista con ‘Naiz’, publicación aberzale, en la que Pablo González denunciaba un “doble rasero” respecto a su caso.

Δημοσίευση της μετά την οθόνη του Pablo Iglesias που αναπαράγεται στο Χ από τον υποτιθέμενο Spy Pablo González. / Redacción

Iglesias no ha respondido a un correo de este diario pidiéndole una reacción acerca de la cobertura ucraniana en Canal Red, y preguntándole si mantenía algún tipo de contacto o coordinación mediática con Pablo González. Afinogenova tampoco ha contestado a la pregunta de si su retuit suponía que creía su versión del caso. González fue filmado, a su llegada al moscovita aeropuerto de Vnúkovo, abrazándose a Oleg Sotnikov, un agente del GRU, la inteligencia militar rusa, encausado en EEUU. En diciembre, Reporteros sin Fronteras, organización que, desde el arresto del rusoespañol había defendido la necesidad de que fuera sometido a un juicio justo, anunció que dejaba de considerarle como periodista, constatando que “toda la evidencia” apuntaba que era “un espía ruso”.

Estos mensajes coincidentes son descritos por el analista Borràs como una “alineación discursiva entre Rusia y ciertos sectores de la extrema izquierda”, un fenómeno que “al menos implícitamente”, convierte a ambos “en aliados estratégicos“. Después de recordar que la Rusia de Putin es un país de feroces ataques a la libertad de la prensa y al colectivo LGTBI, el experto se indigna al “ver a González vestido con una camiseta antifascista en Moscú tras descubrirse que era un espía ruso”. “El mejor favor que necesita la extrema izquierda es desvincular a la URSS del Estado ruso actual”, concluye.

Los ataques a medios que, sobre el papel, son cercanos ideológicamente a Canal Red, han sido otra de las constantes de la plataforma audiovisual de Iglesias en los últimos tiempos. Y uno de los principales ejemplos fue un hilo en X de Irene Zugasti, colaboradora del programa La Base y de Diario Red, y reposteado por la exministra de Igualdad Irene Montero, en el que intenta desmontar la historia, publicada en ‘El País’, de April Huggett, una médico militar y soldado canadiense. Según su versión, April es una mujer que se dedicaba a recabar fondos con “fines militares y propagandísticos”, para posteriormente convertirse en una suerte de “relaciones públicas” de su batallón. Algo así como una cara bonita que no dispararía un solo tiro, una figura “muy de moda” en las Fuerzas Armadas de Israel y equiparada por la colaboradora de Canal Red a una enfermera nazi o a una militante de la sección femenina de la Falange.

Capturas de pantalla de los post de Irene Zugasti equiparando con una enfermera nazi a una médica militar canadiense.

Τα post screenshots της Irene Zugasti που εξισώνουν μια ναζιστική νοσοκόμα σε έναν καναδικό στρατιωτικό γιατρό. / Redacción

Fermín Torrano, periodista español free lance de largas estancias en Ucrania, conoce personalmente a April, y rebate rotundamente estas acusaciones. Confirma en un post que la mujer llevó a cabo labores humanitarias en sus primeros tiempos, mostrando fotografías de sus repartos humanitarios, y también certifica que llegó un momento en que decidió alistarse en el Ejército ucraniano ante el drama que estaba viviendo, acompañando su afirmación con una entrevista a la prensa canadiense. Toda la argumentación de Zugasti, afirma Torrano a EL PERIÓDICO, es producto de la “ceguera ideológica” de la comunicadora, quien “no aclara si contactó con Hugget antes de publicar acerca de ella” para recabar su versión. Zugasti, por su parte, no ha contestado a un email de EL PERIÓDICO previo a la publicacion de este artículo, pidiéndole pruebas documentales de sus acusaciones.

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