Περίπου πενήντα άνθρωποι έχουν παγιδευτεί κάτω από τα ερείπια μετά από ισραηλινή επίθεση στην πόλη της Γάζας
En la Franja de Gaza, la muerte llega por distintos caminos. Uno es el que traza el misil israelí lanzado desde los cielos. Su impacto directo contra edificios repletos de personas suele causarles la muerte. Al menos 13 miembros de la familia Hatteh han perdido la vida de esta manera este viernes tras un ataque aéreo contra su vivienda en el barrio de Sheikh Radwan, en el norte de Ciudad de Gaza, donde albergaban a desplazados. Otro camino lo marca el tiempo, como el que les falta a las 53 personas atrapadas bajo los escombros por ese mismo bombardeo. Hay una tercera vía, más paulatina y dolorosa, que se va abriendo paso estos días en la Franja. Sólo en 72 horas el frío ha matado a cuatro bebés malviviendo en tiendas.
“Todavía hay personas desaparecidas bajo los escombros y nuestros equipos están trabajando para rescatar a la mayor cantidad posible”, ha dicho la Defensa Civil de Gaza en un comunicado. Entre las personas atrapadas bajo las ruinas, se encuentran miembros de las familias Halaweh y Rehan, que estaban siendo acogidas por la familia Hatteh. Apenas unas horas antes, otro brutal ataque en las inmediaciones del hospital Kamal Adwan de Beit Lahia, en el norte del enclave y uno de los últimos mínimamente operativos en la zona, mató a una cincuentena de personas, cinco de las cuales eran médicos. El día anterior un bombardeo contra un vehículo de prensa acabó con la vida de cinco periodistas.
Cuatro bebés muertos de frío
La brutalidad sigue extendiéndose por el enclave sin dar tregua a ninguno de sus rincones. Cuatro personas han muerto por un bombardeo contra la casa de la familia Abu Baid en Shujaiya, barrio del sureste de la capital gazatí, y dos palestinos por otro ataque aéreo contra la residencia de la familia Aslim en Sabra, en el centro de ciudad de Gaza, donde se registraron además 20 heridos y 7 desaparecidos. A su vez, la ofensiva militar en el norte del enclave continúa. Hace más de 80 días que las tropas israelíes someten a un asedio medieval al área septentrional de Gaza, arrasando con sus principales localidades, destrozando su sistema sanitario y forzando a la evacuación de centenares de miles de gazatíes.
Alrededor de 3.000 personas han muerto en esta brutal campaña israelí, de acuerdo a las cifras del Gobierno gazatí. Las graves dificultades sobre el terreno han impedido que sean actualizadas en las últimas semanas. Desde el pasado 5 de octubre, cuando se inició el asedio, no se ha permitido el ingreso de suficiente ayuda humanitaria, incluidos alimentos, medicinas y combustible, a la zona, dejando a la población restante al borde de la hambruna. Uno de los productos que las autoridades israelíes no permiten ingresar al enclave es el material para construir tiendas de campaña. Con los elevados niveles de destrucción, gran parte de los gazatíes no tienen más remedio que improvisar refugios con lo que encuentran entre las ruinas.
Pero cuatro palos clavados en la tierra cubiertos por lonas de plástico no sirven de protección. Ni contra las bombas israelíes, ni contra el frío invernal. Un cuarto bebé ha muerto debido al frío extremo en las últimas 72 horas en Gaza. “Las tiendas de campaña no protegen del frío y por la noche hace mucho frío y no hay forma de entrar en calor“, ha declarado el doctor Ahmed al Farra, jefe médico pediátrico del Hospital Nasser, en la zona de Jan Yunis, en el sur de Gaza. Además, los funcionarios de salud locales han dicho a la agencia palestina Wafa que la falta de alimentos entre las madres está contribuyendo a un aumento de los problemas de salud entre los niños, lo que tensiona aún más las instalaciones médicas y los servicios de emergencia.
Bombardeos sobre Yemen
El hospital Kamal Adwan se ha convertido en las últimas semanas en el símbolo de la brutalidad del Ejército israelí contra los centros médicos gazatíes. Según su director Hasán Abu Safiya, los múltiples ataques contra el hospital y sus inmediaciones les han obligado a evacuar en diferentes ocasiones. Por ahora, sus instalaciones acogen a unos 75 heridos junto a sus acompañantes y 180 trabajadores, lo que hace un total de unas 350 personas en su interior. Abu Seiya ha denunciado la detonación de una decena de vehículos robotizados cargados con explosivos en los alrededores del hospital, que causaron extensos daños al centro.
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A su vez, Israel ha seguido bombardeando Yemen. El jueves el Ejército hebreo anunció haber atacado múltiples objetivos vinculados a los rebeldes hutíes, incluido el Aeropuerto Internacional de Saná y tres puertos a lo largo de la costa occidental. El jefe de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Adhanom Ghebreyesus, ha reconocido que él y sus colegas de las Naciones Unidas se estaban preparando para abordar un avión en el aeropuerto de Saná cuando fue bombardeado por Israel. Los ataques han causado al menos tres muertos y herido a 11, aunque también han provocado la destrucción de importantes infraestructuras para el país.